La popularidad de aplicaciones como EPIK-AI Photo Editor y FaceApp, que utilizan inteligencia artificial para crear imágenes manipuladas, ha planteado preocupaciones sobre la privacidad. Estas aplicaciones solicitan a los usuarios que suban fotos y, a menudo, recopilan datos personales para su procesamiento. A pesar de las políticas de privacidad que aseguran el anonimato, los expertos advierten que las empresas están aprovechando estas vulnerabilidades para recopilar grandes cantidades de datos, que luego se venden en «marketplaces de datos». El Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) en la Unión Europea exige el consentimiento explícito de los usuarios para recopilar y utilizar sus datos personales, pero la complejidad de los modelos de aprendizaje automático plantea desafíos para cumplir plenamente con estas regulaciones.