En un hito para la regulación global de la inteligencia artificial (IA), los negociadores de la Unión Europea (UE) anunciaron el viernes un acuerdo sobre las primeras reglas integrales de IA en el mundo. Este acuerdo allana el camino para la supervisión legal de la tecnología de IA, que ha generado expectativas de transformar la vida cotidiana, pero también ha suscitado advertencias sobre posibles peligros existenciales para la humanidad.
Los negociadores del Parlamento Europeo y los representantes de los 27 países miembros superaron diferencias significativas en puntos clave, incluyendo la IA generativa y el uso policial de la vigilancia por reconocimiento facial, para alcanzar un acuerdo político tentativo para la Ley de Inteligencia Artificial.
“¡Trato!”, tuiteó Thierry Breton, comisario europeo, poco antes de la medianoche. “La UE se convierte en el primer continente en establecer reglas claras para el uso de la IA”.
El acuerdo, alcanzado después de maratonianas conversaciones a puerta cerrada que duraron varias horas, representa un paso significativo en la carrera global por establecer barreras de seguridad para la IA. Sin embargo, los grupos de la sociedad civil han recibido con frialdad el acuerdo, expresando preocupación por la falta de protección suficiente para las personas afectadas por los sistemas de IA.
Daniel Friedlaender, jefe de la oficina europea de la Asociación de la Industria de Computadoras y Comunicaciones, señaló que el acuerdo marca el comienzo de un trabajo técnico crucial, y los detalles deberán resolverse en las próximas semanas.
La UE había presentado inicialmente su borrador de reglamento en 2021, pero el reciente auge de la IA generativa impulsó a los funcionarios europeos a actualizar la propuesta para ser un modelo global. Aunque el Parlamento Europeo aún debe votar sobre la ley a principios del próximo año, se espera que el acuerdo político garantice una aprobación formal.
La legislación propuesta busca abordar los riesgos de la IA en función de su nivel de peligro, desde bajo hasta inaceptable. Además, contempla sanciones financieras significativas por violaciones, llegando hasta 35 millones de euros o el 7% de la facturación global de una empresa.
Estados Unidos, Reino Unido, China y otras coaliciones globales han presentado sus propias propuestas para regular la IA, pero la UE ha tomado la delantera con normas sólidas y completas. Anu Bradford, profesora de la Facultad de Derecho de Columbia, considera que estas normas pueden ser un poderoso ejemplo para otros gobiernos.
La legislación también aborda la IA generativa, como el modelo ChatGPT de OpenAI, estableciendo requisitos para la documentación técnica, cumplimiento de la ley de derechos de autor de la UE y detalles sobre el contenido utilizado para la capacitación. Los modelos más avanzados enfrentarán un escrutinio adicional y medidas de seguridad, dada la preocupación sobre su potencial uso en desinformación y ciberataques.
El punto más controversial fue la regulación de sistemas de vigilancia facial, donde los legisladores europeos querían una prohibición total en espacios públicos. Sin embargo, se negociaron exenciones para permitir el uso policial en casos de crímenes graves, generando preocupaciones entre grupos de derechos humanos sobre lagunas significativas en la legislación.
A pesar de las preocupaciones expresadas por algunos grupos, el acuerdo marca un hito importante en la regulación de la IA y podría influir en la forma en que otros países aborden este desafío tecnológico en el futuro.
